YAHYA HASSAN



INFANCIA 
CINCO HIJOS EN FILA Y EL PADRE CON UN PALO EN LA MANO
LLANTO Y UN CHARCO DE ORINES
UNO POR UNO OFRECEMOS LA MANO
EN ANTICIPACIÓN DEL CASTIGO QUE LLEGARÁ
EL SONIDO DEL GOLPE
UNA HERMANA QUE SALTA
VELOZ DE UN PIE A OTRO
LOS ORINES BAJAN EN CASCADA POR SU PIERNA
PRIMERO UNA MANO LUEGO LA OTRA
SI NO TE APURAS EL GOLPE CAE DONDE CAIGA
UN GOLPE 
UN GRITO 
UN NÚMERO 
30 O 40 O 50 A VECES
Y LA PATADA EN EL CULO CUANDO PASAS LA PUERTA
UN HERMANO QUE ÉL LEVANTA POR EL HOMBRO
Y SIGUE CONTANDO Y GOLPEANDO
A LA ESPERA DE MI TURNO MIRO AL PISO
MAMÁ QUIEBRA PLATOS EN LA ESCALERA
MIENTRAS AL JAZEERA TRANSMITE NOTICIAS
BULLDOZERS MUY ACTIVOS Y CUERPOS QUEMADOS EN PEDAZOS
LA FRANJA DE GAZA EN LA RESOLANA
QUEMAN BANDERAS
SI UN SIONISTA NO ACEPTA QUE EXISTIMOS
NO EXISTIMOS
CUANDO NOS TRAGAMOS EL DOLOR Y EL MIEDO
CUANDO ANHELAMOS RESPIRAR Y DARNOS SENTIDO
NO PODEMOS HABLAR ÁRABE EN LA ESCUELA
NO PODEMOS HABLAR DANÉS EN CASA
UN GOLPE UN GRITO UN NÚMERO


PADRE MI HIJO NO NACIDO

DERRAMO VEINTE LITROS DE OSCURIDAD
Y UNA INFANCIA EN LAS PAREDES
UNA MANO DE LA EDAD DE PIEDRA
UN CORÁN EN EDICIÓN DE BOLSILLO
TAL VEZ YO TE HABRÍA AMADO
SI HUBIERA SIDO TU PADRE Y NO TU HIJO


YAHYA HASSAN  (19 MAYO 1995 – 29 ABRIL 2020)

JUAN SANTOS ATAHUALPA

 

En un solitario altar de la patria 

Lúgubre, olvidado, subversivo

Al lado de Túpac Amaru  

El busto de Juan Santos Atahualpa 

Nadie sabe si lo mataron 

Perseguido 

Pretendió un Perú indígena soberano 

Hoy en San Ramón, en la selva peruana 

No lo olvidan 

Un colegio de niños lleva su nombre 

Y voces claman desde el fondo de la jungla 

Una voz, a una voz, a centurias 

Voces olvidadas, desaparecidas, dormidas 

La voz de Juan Santos Atahualpa 

Que trataron de silenciar y minimizar 

Que subvirtió ese Perú cortesano 

Tan acostumbrado a la explotación 

Tan acostumbrado a no dudar 

Ese que sangra como la shiringa 

Juan Santos Atahualpa subvirtió al Perú 

Desagusanó lo agusanado 

Cambió el orden 

Porque un subversivo no es un terrorista 

No son sinónimos, no son lo mismo 

En todas las voces a una sola voz 

El terror es la muerte, la subversión es la vida 

Imposible no ser subversivos 

Como Juan Santos Atahualpa 

Imposible no ver la sangre en la tishelina


 
Juan Ochoa López (Lima, 1965 - 2020)

Juan Santos Atahualpa, pintura de Etna Velarde

La sangre como un río


A Fanny Palacios, mi amiga 

 

 Ciego es quien no observa al pueblo levantado. 

 Quien no se da cuenta cómo late. 

 Ciego quien, teniendo ojos,

 se hace de la vista gorda. 

 Y quien, envilecido por el egoísmo, 

 no mira más allá de sus narices. 

 Dos veces ciego 

 quien cree que contempla bien el horizonte 

 y no se da cuenta 

 que hay hambre en la raíz y en el cimiento. 

 Ciego quien cree que, arrancándole los ojos a la masa, 

 la convertirá en guiñapo 

 e ignora que somos el halcón inmortal, 

 hijo del Dios montaña. 

 Ciego quien no se pone en el lugar de los ciegos 

 y no sabe lo que es llevar del brazo al hombre 

 o la mujer que mira profundo, 

 con los anteojos caleidoscópicos del alma. 


 Me quitarás los ojos con tu pólvora, 

 me arrancarás el iris con tus balas, 

 volarás mi retina en mil pedazos 

 y creerás que, oscureciéndome, 

 por fin me habrás vencido. 

 Pero yo seguiré mirándote desde mi libertad de fuego 

 y desde mi antorcha shupihui luminosa, 

 porque provengo de esa luz que no se apaga nunca: 

 la de la hoguera rojo sangre de mi pueblo 

 que corre como un río.


Juan Ochoa López (Lima, 1965 - 2020)

Navegando el Amazonas



Cada vez que navegamos el Amazonas  
Nos transformamos en batracio o en hormiga 
En grano de arena en el desierto verde 
En un punto aparte en medio de la Biblia 
Minúsculos, grotescamente amebas 
Protozoarios con zapatos 
Y aún así el Padre
Nos mece con generosa misericordia 
Se conduele de nuestra microscopía 
Y de todas las pamplinas que inventamos 
Como la cibernética o la democracia 
Las propiedades o las fronteras 
Que cuando navegamos a este padre Amazonas 
No nos sirven, francamente, para nada. 

 

 (Río Amazonas, 2010)

 

Juan Ochoa López (Lima, 1965 - 2020)

Foto: Juan Ochoa López

 


YAWAR

A mi hermano Junior, el rey enjaulado de Ucayali

 

            A mi hermano Junior, el rey enjaulado de Ucayali

 

Jaguar negro, Dios de la amazonía 

Señor de la muerte 

Wiso ino, ino moxo

Hermoso yanapuma del Perú. 

Los hombres no comprenden tu sufrimiento

El querer volver a tu jungla, a tu reino

Donde puedes hipnotizar al tapir 

O al cazador del monte

Matarlos y degustar sus sesos crudos 

Como lo hacías por Purús, selva adentro

No sé si te acuerdas

Por eso tu nombre es sangre, yawar.

Jaguar negro, señor de la oscuridad

Ojalá que los peruanos entendamos 

Que a un rey no se le debe dar una jaula 

Ni un encierro digno

La libertad, es lo que mereces. 

Castiga a tus carceleros 

Que sufran por el encierro

No tengas piedad 

Matsonsori, otorongo negro 

Yo abogo por ti noble señor de la sangre

Joya de la naturaleza

Máquina perfecta en equilibrio

En músculo y elasticidad.

Si nadie te defiende, al menos sabrás que Juan

Tu hermano, habla por ti.

Perdóname la audacia de llamarte hermano

Pero conocí a tu padre y a tu hija 

Y tu familia es como mi familia

Y somos hermanos de sangre 

En el amor universal hacia tu jungla.

Jaguar, yawar, sangre de mi sangre.

Me dueles tanto, hermano.

 

(Pucallpa, enero, 2009)

 

Juan Ochoa López (Lima, 1965 - 2020)

Foto: Juan Ochoa López

BIBLIOTECA AMAZONICA Juan Ochoa López


A seis meses de su partida, el 14 de enero de 2021, se inauguró la Biblioteca Amazónica "Juan Ochoa López", en el Centro Cultural del Restaurante Mishkina, ubicado en la Av. República de Panamá 6553, San Isidro.
La biblioteca alberga todos los libros de temática amazónica, más de 250 ejemplares, que nuestro entrañable amigo, el escritor, poeta y periodista, Juan Ochoa López fue adquiriendo con admirable esfuerzo y paciencia durante su vida. Hoy gracias a su hermana Rosa Ochoa López, a su amigo Edgardo Rojas Prada y la ONG Amazonía para el mundo, podrán ser difundidos.


Edgardo Rojas Prada y Rosa Ochoa López